Ya no podré oir tu llanto.
Ni acariciar tu rostro,
ni admirar tu sonrisa.
Tus ojos no me mirarán,
ni tu risa sincera me regalarás.
Tus latidos nunca se unirán a los míos.
No podremos ir a los mismos sitios.
El destino nos separa
y aún no nos había dado la oportunidad
de conocernos.
Te echaré de menos, allá donde vayas.