2012 llega a su fin y con él se van
aquellos días marcados en el calendario que hicieron de este año una razón más
para ser feliz. Es difícil encontrar las palabras correctas para las
despedidas, entra la melancolía y las ganas de llorar, puede que hasta la culpa
nos invada por momentos, somos humanos y cometemos errores, tal vez no
cumplimos nuestros propósitos o nos quedamos a medías, pero eso no nos impide
avanzar y hacer mejor las cosas. Tengo tanto que agradecer a Dios y a la vida
por dejarme vivir este año lleno de tantos logros, gracias por darme razones
para estar aquí respirando y ver que hasta en las cosas mas sencillas que nos
pasan están las vivencias y los recuerdos más grandes que podemos
recordar siempre.
Gracias 2012.