He dejado de ser interesante.
Lo siento he dejado de importarles. Soy muy aburrido como las paginas de
inicio de una revista de celebridades. He dejado de ser interesante, ya no me
interesan esos pequeños detalles que hacen que los días sean grandiosos. No
cuento los pasos antes de llegar a casa, ya no espero con ansias esos últimos
segundos para salir corriendo de la oficina. Ya no colecciono tickets de las
entradas del cine, ya no me interesan los separadores dentro de mis libros. Y
ya no, ya no aprecio esos fingidos besos, ya no le doy importancia a las
sonrisas, ni a las que me hayan dedicado. He dejado de buscar canciones de
bohemia que nadie conoce y darlas a conocer. Ya no puedo ser interesante, ya no
puedo llamar la atención, ya ni los domingos en esa bicicleta holandesa que
tanto amo y las gafas de sol con camisas de cuadros ya no combinan, que me
siento de otra época. Ya ni se si creo cuando las personas me dicen que tenemos
tanto en común, ya no, ya no buscaré entre miles de paginas esos personajes ficticios
con que solía pasar tantas horas escondido bajo las sabanas con mi linterna de
mano. He empezado a odiar las conversaciones de política, ya no se si soy
moderno, o antiguo, si amor es eso de enamorarse de un hombre o una mujer sin
importar la condición sexual. Dejo a un lado las prioridades y hasta la risa la
guardo para alguna otra ocasión. Ya hasta el césped recién cortado se siente
como una cama de vidrios. He perdido afición por las fotos en blanco y negro.
He dejado de ser interesante. He dejado ser quien soy, ya no cuento los autos
del mismo color que pasan por la autopista. He dejado de admitir cuanto me
gusta que me miren a los ojos cuando converso con alguien, se me ha olvidado
hasta como empezar una conversación, no sé cuando decir hola o simplemente
decir adiós con los labios cerrados. Ya no soy especial porque Coldplay me ha dejado de gustar. Ya no se si
mentir es pecado, o que hacerlo te libra de un regaño de tu madre. Ya no puedo
ser Interesante.