Me cuesta escribir porque ya no hay nada a lo que le busque desesperadamente el sentido. Es como si hubiera recorrido esta habitación ya muchas veces.
También he recorrido los momentos pasados. De ti he hablado hasta el agotamiento. Y es ahora cuando llega, probablemente, el momento de despedirme.
Casi siempre vuelvo. Pero no sé cuánto tiempo pasará hasta que vuelva a echarte de menos.
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